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miércoles, 11 de marzo de 2009

El poder del blanco

Un cuadro pintado de blanco, con unas finísimas diagonales blancas también, es el pretexto perfecto que utiliza Yasmina Reza en su comedia Arte para destapar lo que esconden las relaciones de amistad aparentemente más consolidadas. La adaptación del texto, escrito en 1994, corre a cargo del argentino Eduardo Recabarren, el tercer director que la acomoda a los escenarios españoles, en esta ocasión, en el Teatro Alcázar de Madrid.

En esta ocasión son Luis Merlo (Gorda), Iñaki Miramón (Tiovivo c. 1950) y Álex O’Dogherty (Mortadelo y Filemón. Misión: salvar la Tierra) quienes dan vida a tres amigos enfrentados cuando uno de ellos adquiere el dichoso cuadro, de un conocido artista contemporáneo, por un precio desorbitado.

La compra provocará que salgan a la luz rencillas anteriores entres los amigos, lo que demostrará que una amistad de más de veinte años es en realidad un relación basada en la hipocresía y en la envidia, en sonrisas forzadas y opiniones falsas, que esconden un profundo odio. Las peleas entre unos y otros, con diálogos muy ágiles y ácidos, los silencios mientras contemplan el cuadro y sus divertidos movimientos y expresiones provocan grandes carcajadas en el público, que no deja de reír a lo largo de toda la función.

La interpretación de Luis Merlo sobresale en toda la obra. Su personaje es el que tiene más trama personal, lo que provoca una mayor empatía en el espectador. Merlo protagoniza un hilarante monólogo hacia la mitad de la representación, donde recrea una conversación telefónica que ha tenido con su madre, que hace que el público rompa en aplausos de manera espontánea.

Además de reflejar el lado oscuro de la amistad, la obra cuestiona el concepto de arte. ¿Puede considerarse una obra de arte un cuadro completamente blanco?, ¿importa qué representa el cuadro o quién lo ha pintado?, ¿dónde está el límite entre lo que es arte y lo que no lo es? El espectador se identificará con alguno de los tres amigos: el comprador, encarnado por Miramón, defensor a ultranza del arte más transgresor, el personaje que da vida Merlo, situado en un aristotélico término medio, o el gran detractor del cuadro, el personaje de O’Dogherty, quien considera una tomadura de pelo el arte conceptual contemporáneo. Resulta curioso que en la obra no se nombre ni una sola vez al conocido cuadro Blanco sobre blanco de Malevich (1918), que supuso un hito en la historia del arte contemporáneo, para muchos la sublimidad del arte abstracto.

Arte es, por tanto, una divertida comedia con la que pasar un buen rato, que nos permitirá disfrutar del buen hacer de tres grandes actores y nos descubrirá el poder que esconde un aparentemente inofensivo cuadro pintado de blanco.

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4 comentarios:

  1. Con ese título parecía que ibas a promocionar un detergente!! jeje.

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  2. Ya, pensé en poner El poder de un cuadro blanco. Pero al final decidí dejarlo tal cual.
    Ahora hago memoria y no recuerdo en qué anuncio se decía eso jajaja
    Jess, al final creo que Mamen va a ir mañana a ver Arte; estaré deseando que llegue el sabado para saber cómo la fue y que tal la pareció la obra.

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  3. ajajja, ya sbes o que va a decir!jaja y sí, va mañana que ahroa mismo debería de decir Hoy..

    tenía muchas ganas. seguro que le gusta la obra. todo el mundo sale muy contento. yo ni tan siquiera he ido alguna vez al teatro. y algunas estais repitiendo ehh, peazo... mmmmm me callo :P

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  4. Si, lo que dice todo el mundo!
    ¿No has ido ninguna vez al teatro? ¿Ni con excursiones de cuando ibas al colegio?

    Yo si, ya fui dos veces; y más que quiero ir. Me estoy buscando excusas en mi casa: para el cumpleaños de mi tia, la quiero regalar unas entradas, para mi santo (para mi cumpluaños aún faltan 6 meses) quiero que me regalen entradas...

    Jess, ¿qué era lo último que ibas a decir? no he entendido nada :S

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