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jueves, 27 de noviembre de 2008

Es muy sano sacar a pasear nuestro lado oscuro

El actor triunfa en la pequeña pantalla con Héctor, el tenebroso y misterioso personaje protagonista de la serie de Antena 3 El internado

Forma parte de la saga Merlo, una de las más reconocidas en el mundo de la interpretación nacional. De sus padres, María Luisa Merlo y Carlos Larrañaga, ha heredado el amor por el arte y la soltura interpretativa, pero todo han sido méritos propios. Con 20 años inició su carrera teatral, poco después debutó en cine y televisión, medio en el que ha interpretado a personajes tan queridos por el público como Mauri, en Aquí no hay quien viva o el misterioso Héctor de El internado, serie que triunfa en Antena 3 en su cuarta temporada y que el actor define como «producto innovador porque juega con lo imposible».

¿Cómo va a evolucionar su personaje esta temporada?
La audiencia va a conocer a un Héctor capaz de derrumbarse emocionalmente. Aunque ha sido siempre un hombre muy sólido, su pasado va a ser relevante esta temporada y va a enfrentarse con un fuerte dolor.

Su hermana es uno de los grandes misterios de la serie. ¿Qué va a pasar?
Se contará de manera clara y explícita qué pasó con aquella historia y cómo la vive Héctor hoy en día, porque se quedó pillado de aquello y todavía no ha podido superarlo.

¿Cuál cree que es la clave del éxito de una serie tan oscura y lúgubre?
No hay ninguno. La fórmula mágica es que no hay fórmula. Hay que arriesgarse para que el producto conecte con el público, no hay más. A veces nosotros mismos nos sorprendemos de los resultados.

Los seguidores más fanáticos son los jóvenes. ¿Se imagina por qué?
Quizá la juventud de hoy en día tiene las mismas características y se sienten identificados con lo que ven. O puede que las tramas de la serie susciten en el espectador sensaciones que van más allá de lo cotidiano.

¿Es un producto innovador de la televisión?
Sin duda. En España nunca nos habíamos atrevido a jugar con lo imposible, pero dentro del mundo del espectáculo todo es posible. En este caso jugamos con lo desconocido y lo irreal, algo típico de la industria norteamericana.

¿Que le llamó la atención del primer guión?
Lo primero que me vino a la mente cuando lo leí fue el trabajo de Chicho Ibáñez Serrador, uno de los maestros del cine de terror, al que admiro. Me gustó porque me dio la oportunidad de conocer mi lado oscuro.

¿Tiene uno?
Todos los tenemos y es sanísimo sacarlo a pasear de vez en cuando, siempre que no se produzcan daños colaterales.

¿Cuál es el de Héctor?
No haber sido capaz de cumplir la promesa más importante de su vida. Además él siempre ha sido un poco tenebroso porque pertenece al romanticismo.

¿Qué le aporta la serie?
Es como un regalo porque por ahí hay productos muy buenos que no funcionan. Un éxito en televisión es todo un logro además ahora se ha exportado a Vietnam y estamos muy satisfechos.

¿Le siguen recordando como Mauri de Aquí no hay quien viva?
A ese personaje le tengo muchísimo cariño pero creo que tengo un poco de todos los que he hecho y la gente me recuerda como soy. Cada uno de los que he interpretado me han aportado muchas cosas.

Ha tocado varios géneros. ¿Le queda algo por probar?
Puede ser. No soy un actor de repertorio. Tanto en la vida como en el trabajo no me gusta hacer planes, según vienen los proyectos, los elijo o no. Muchas veces me he equivocado pero en eso consiste el riesgo de esta profesión.

¿Cómo ve la producción nacional?
Quiero que la gente la vea porque es muy buena. Que se den cuenta y nos den fuerza a los actores para seguir haciendo buenos productos. Cada vez hay más más calidad y eso puede generar espectadores que se fidelicen.

¿Le gustaría interpretar algún personaje en concreto?
No me considero un actor de repertorio. Me gusta, tanto en la vida como en mi profesión, aceptar las cosas como llegan. En mi carrera he tenido que elegir y varias veces me he confundido, pero en eso también consiste el dedicarse a la interpretación

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