El actor de la serie de misterio que hoy emite A-3 TV (22.00 horas) analiza su personaje.
¿Cómo definiría su personaje?
Héctor es muy sólido, pero el pasado le afecta mucho. Ahora está descubriendo y resolviendo los conflictos que dejó atrás. Esto hará que en muchas ocasiones se derrumbe emocionalmente y llegue a la desesperación, a veces al llanto, apoyándose en la que para él es su madre, Jacinta (la actriz Amparo Baró).
¿Es finalmente su madre?
No tengo ni la menor idea. De verdad, aún no se sabe, pero esta temporada no van por ahí los tiros...
¿Cómo una serie tan turbia tiene este éxito? ¿El estar centrada en jóvenes tiene algo que ver?
Yo añadiría una cosa al atractivo juvenil: cómo una serie tan lúgubre, tan oscura, puede interesar tanto a la adolescencia. ¿Es la adolescencia de este país tan lúgubre y tan oscura? O quizás es que la serie hace que, quien la ve, vaya algo más allá de lo cotidiano. El reflejo de lo cotidiano en la ficción es algo que hemos hecho siempre, pero no nos hemos atrevido tanto como americanos o ingleses a jugar con lo imposible, con la oscuridad. De ahí el valor de los autores de jugar con lo desconocido, donde un monstruo de dos metros de altura pueda tener un corazón de oro. Es una serie sin complejos, que no se parece a ninguna.
¿Cree usted que todos tenemos un lado oscuro?
Y además creo que es sanísimo sacarlo a pasear de vez en cuando. Sin que haya daño colateral, claro.
¿Y el lado oscuro de Héctor?
Es casi un personaje del romanticismo y ya no queda nadie como él, porque su palabra es sagrada y vive por y para cumplir las que hace. Por eso, su lado oscuro es, precisamente, una promesa que hizo a la persona que más quiere y que no llegó a cumplir nunca
¿Cómo definiría su personaje?
Héctor es muy sólido, pero el pasado le afecta mucho. Ahora está descubriendo y resolviendo los conflictos que dejó atrás. Esto hará que en muchas ocasiones se derrumbe emocionalmente y llegue a la desesperación, a veces al llanto, apoyándose en la que para él es su madre, Jacinta (la actriz Amparo Baró).
¿Es finalmente su madre?
No tengo ni la menor idea. De verdad, aún no se sabe, pero esta temporada no van por ahí los tiros...
¿Cómo una serie tan turbia tiene este éxito? ¿El estar centrada en jóvenes tiene algo que ver?
Yo añadiría una cosa al atractivo juvenil: cómo una serie tan lúgubre, tan oscura, puede interesar tanto a la adolescencia. ¿Es la adolescencia de este país tan lúgubre y tan oscura? O quizás es que la serie hace que, quien la ve, vaya algo más allá de lo cotidiano. El reflejo de lo cotidiano en la ficción es algo que hemos hecho siempre, pero no nos hemos atrevido tanto como americanos o ingleses a jugar con lo imposible, con la oscuridad. De ahí el valor de los autores de jugar con lo desconocido, donde un monstruo de dos metros de altura pueda tener un corazón de oro. Es una serie sin complejos, que no se parece a ninguna.
¿Cree usted que todos tenemos un lado oscuro?
Y además creo que es sanísimo sacarlo a pasear de vez en cuando. Sin que haya daño colateral, claro.
¿Y el lado oscuro de Héctor?
Es casi un personaje del romanticismo y ya no queda nadie como él, porque su palabra es sagrada y vive por y para cumplir las que hace. Por eso, su lado oscuro es, precisamente, una promesa que hizo a la persona que más quiere y que no llegó a cumplir nunca
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