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sábado, 4 de octubre de 2008

El sueño del intérprete es ser capaz de crear personajes distintos

No cabe duda de que Luis Merlo (Madrid, 1966) se encuentra en el mejor momento de su carrera profesional. El éxito de la serie El Internado donde da vida a Héctor le ha catapultado a lo más alto de la cima interpretativa. Ya queda atrás Mauri, el simpático "gay" de Aquí no hay quien viva, al que desde luego le debe gran parte de los éxitos que ahora está cosechando tanto en la televisión como en teatro.

Parafraseando a Javier Bardem, le gustaría que un día "todos sus personajes coincidieran en una habitación y no se entendieran entre ellos para nada, y eso significaría que habría conseguido crear personajes absolutamente distintos". Ahora pone voz a Cebolo, un topo patoso y miope que luchará por vencer sus miedos en el Espíritu del bosque, la nueva película de animación española.

¿Cómo ha sido la experiencia de poner voz a Cebolo, ese topo patoso del Espíritu del bosque?
Ha sido fantástica porque primero me interesaba muchísimo lo que contaba la película, me interesaba mucho el mensaje ecológico de la película, me interesaba el mensaje de grupo, de amistad, de clan que se está perdiendo en la sociedad, en la sociedad que vivimos se están perdiendo muchas cosas, la de la colaboración del ser humano, por el ser humano y punto, nada más, sin necesidad de conocerte ni de saber de dónde vienes ni que edad tienes. Después de esto me interesó muchísimo que fuera una producción española y que estuviera al nivel que tenía la película, porque me la enviaron para que la viera si me apetecía hacerla. Y luego me interesó mucho el personaje porque me parecía un personaje muy tierno, un topo miope y asmático que demuestra, como decía el poeta Ángel González, que la gente confunde el miedo con la valentía. Es un personaje muy miedoso y nadie es más valiente que el que es capaz de vivir con miedo y superarlo. Entonces, por todo eso y fundamentalmente por ser una producción de animación española. Yo tenía unos días libres y que pensaba no ocuparme en nada pero me convenció tantísimo el proyecto, que los ocupé.

¿Crees que se necesita este tipo de películas que lanzan este tipo de mensaje ecológico?
En definitiva se necesita buen cine, buena literatura, lo que se necesita es que lo que se haga se haga bueno, esto lo es indudablemente. Es un mensaje muy claro y muy definido: el mundo del bosque, la vida de los árboles, es real, es decir, ya es una realidad, ya se habla de que el agujero de la capa de ozono tiene el diámetro de Europa, ¡Es que tiene el diámetro de un continente! Es real y esos libros que leía de Isaac Asimov, que eran ciencia-ficción se están convirtiendo en realidad, vamos a tener que salir a la calle con escafandra. Quizás yo no lo viva, pero sí me interesa lo que vayan a vivir las gentes que yo deje en este planeta. Entonces, este es un mensaje que creo que es muy importante contar y a través del entretenimiento porque yo creo que si lanzamos los mensajes de manera muy solemne, lo que hacemos es lo contrario. En este caso a través del entretenimiento llegas a conclusiones, y eso es muy interesante.

En lo profesional, ¿Se podría decir que estás en el mejor momento de tu carrera?
Sí, yo lo diría. Lo que pasa que eso personalmente te pide mucho, se lo entregas porque hay muchos actores, mucho mejores que yo que no tienen trabajo y yo tengo mucho trabajo. Este es un momento muy bueno porque he conseguido en televisión de alguna manera hacer un personaje muy distinto al que hacía en Aquí no hay quien viva con El Internado y que el personaje fuera creíble para el público, y me ha pasado lo mismo en teatro. He pasado de hacer una función como Gorda, durante tres años con Teté Delgado, al éxito de hacer una función que sea un clásico contemporáneo como Arte, de Yasmina Reza, y que el personaje fuera lo opuesto al que hacía en Gorda. El intérprete lo que busca es precisamente distanciar los personajes. Yo leí una frase, sin querer compararme con él, que es un genio, de Javier Bardem que decía que le gustaría que un día los personajes coincidieran en una habitación y no se entendieran entre ellos para nada, y eso significaría que habría conseguido crear personajes absolutamente distintos. Yo pienso que el intérprete en definitiva interpreta lo que otro ya ha inventado, por eso, el sueño del interprete es ser capaz de crear personajes distintos.

¿Cómo recuerdas la etapa de Aquí no hay quien viva, que fue todo un exitazo?
La recuerdo con mucho cansancio, porque empezamos sin pensar que se iba a producir un fenómeno. Nadie cuenta con un fenómeno de esas características, y entonces llega un momento que los guiones y la emisión nos cogían y yo como soy un loco de mi trabajo a parte, tengo un teatro con mis hermanos en Madrid, que es el Teatro Maravillas y tenía la función de Gorda. Había mucho trabajo. Pero luego me ofrecieron la opción de dar un cambio de registro con El Internado y lo he conseguido. La gente sí me reconoce por la calle y se dirige a mí como Héctor o Merlo ya. Yo creo que Mauri quedará siempre ahí, es un personaje al que le debo muchísimo y al que le tengo un enorme cariño.

Ahora está inmerso en la grabación de la nueva temporada de El Internado. ¿Qué novedades puedes contarnos?
Sigue en la línea de El Internado de las últimas temporadas, lo que supone que ya realmente es que no se puede contar nada. En la pasada temporada podía contar que se sabía, porqué Héctor estaba en ese colegio, pero ya eso que se sabe ya no se puede contar, es tremendo, es un género tan específico, policiaco, de misterio, es muy difícil.

¿Dónde crees que está el éxito de esta serie que ha enganchado tanto a jóvenes como mayores?
Si supiéramos donde está el éxito en vez de producirlo Globomedia, jugándose millones y millones, y meses de trabajo, lo produciría el Banco de España. No sabemos el éxito tanto los productores, como los actores, como los guionistas, como los iluminadores, como los cámaras, como los maquilladores, todos los que conforman parte de un equipo y una serie de televisión, lo hacen con la misma ilusión el proyecto. Hay veces que consigues llegar al espectador y otras veces no, el porqué, no tengo ni idea.

¿Te queda algo más por hacer?
De momento me quedo como estoy, tengo bastante trabajo y estoy muy contento.

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