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lunes, 16 de mayo de 2016

"Bruno es el personaje más exagerado que he hecho"

Luis Merlo, uno de los pocos actores de 'Aquí no hay quien viva' que faltaban en 'La que se avecina', se ha unido al equipo de la desternillante serie de Tele 5 (martes, 22.30) para encarnar a Bruno, un extravagante pianista al que se le vienen encima los estrambóticos habitantes de Monte Pinar. 


¿Qué es lo que más le llama la atención de su personaje?
Hay personas que solo saben hacer bien su trabajo y no saben relacionarse y vivir. Este hombre toca el piano como los ángeles, pero es lo único que sabe hacer. Le acaba de dejar su mujer y tiene todas las fobias que se pueden tener. Cuando escriben un personaje pensando en ti, te dan a entender que confían en ti como actor. Creo que esta es la primera vez que hago un registro tan al límite. Yo siempre he pensado que quiero hacer personajes que si se metieran en una habitación no se entenderían entre ellos, porque eso significaría que he conseguido hacer personajes muy distintos. Este es un personaje de 'sitcom' americana, lleno de tics e histeria. Es el más exagerado que he hecho.  

¿Cómo ha sido el reencuentro con sus excompañeros de 'Aquí no hay quien viva'?
Bueno. El reencuentro es maravilloso, pero hay que olvidarlo y enfocarlo como un nuevo proyecto porque si no estás condenado a repetirte.

¿Necesitaba que pasara todo este tiempo para volver con nuevos bríos?
Sin duda. Por aquel momento había un personaje que me había cambiado la carrera y la vida y continuar en ese contexto era imposible. Habría ido para abajo porque subir un escalón era imposible. Ahora Bruno es otro regalo, aunque tenga un ADN completamente distinto. Ha requerido la misma pasión. Me he dado cuenta de lo mucho que les he querido y les quiero a Laura y Alberto Caballero (creadores de la serie).

¿Qué diferencias ve entre 'La que se avecina' y 'Aquí no hay quien viva'?
Es otro código. Aquí se corre a 280 por hora. Por eso me quería quedar en esta pista a jugar con ellos. Posiblemente lo que pasa en un secuencia de 'La que se avecina' podía dar para un capítulo de 'Aquí no hay quien viva'. El 'gag' de la tarta en la cara de Charles Chaplin estará vivo siempre si se hace con talento. En 'Aquí…' había un capítulo en que le caía la tarta a uno y no a otro. En esta serie nos cae un pastelazo en la cara en cada capítulo a cada uno de nosotros. Mi abuelo Ismael Merlo decía que en esta profesión había géneros y que el naturalismo había acabado con los géneros. Esto es la comedia enloquecida, que ahora parece que está mal vista porque te tachan de ser un actor de los de antes, de los que no encarna sino que interpreta. Pues yo estoy feliz de ser un actor intérprete. Y estoy cansado de los actores creadores si no les entiendo.

¿Tendrá continuidad en la serie?
Sí. Yo solo quise el reencuentro. Primero se produjo el personal en una reunión maravillosa tomando un café con los creadores, y luego el profesional. El amor nace con vocación de eternidad. Ni por su parte ni por la mía queremos que termine: acaba de empezar.

¿Qué es lo que le tira de la televisión a un actor de teatro como usted?
Amo el teatro, pero cuando estás tres años haciendo lo mismo tienes que conseguir que cada día parezca como el primer día. Solo lo parece a base de horas de vuelo y de compromiso. Pero inevitablemente un actor que tenga cierta inquietud, después de tres años quiere probar algo nuevo. Un personaje en televisión o cine sucede por primera vez, y yo necesitaba esa primera vez. Pero nunca dejaré de hacer teatro: si es necesario dormiré menos.

¿Cómo ve la salud de la ficción española después de haber estar alejado de ella un tiempo?
Ahora mismo el mundo de la creación a nivel internacional está en la televisión. La inversión para hacer una película es brutal: el tiempo de rodaje, la postproducción… Dicen sí o no en cinco minutos. Sin embargo en la tele se pueden generar proyectos de manera más rápida, rodarlos más deprisa y estrenarlos enseguida, de modo que en la emisión ya sabes qué está sucediendo. En vez de 13 capítulos son 13 pequeñas películas de distintos géneros y eso lo vemos en el mundo entero, encabezado por EEUU que es la jefa. Allí ves que actores que solo hacían cine ya están metidos en la televisión. A mi, que he hecho muy poco cine y mucha televisión, me fascina el medio televisivo por su inmediatez. Eso te crea una energía muy saludable.

¿Qué series le gustan?
Yo no soy objetivo. Como espectador me llama mucho la atención 'La que se avecina' y hay un clásico en este país que se llama 'Cuéntame...' En España se hacen cosas valientes. Y en EEUU las tienes todas porque esto lo inventaron ellos.

¿Y cuáles le atraen más de EEUU?
'American crime'. La idea de que los mismos actores hagan historias totalmente distintas me apasiona. Y qué dos actores: ¡Timothy Hutton y Felicity Huffman! 

 Dicen que cada vez se parece más a su padre (Carlos Larrañaga) actuando… ¿Le gusta que se lo digan?
Sí, porque tengo una gran admiración por mi padre. Este trabajo es tradición y transmisión. La gente que mira para atrás puede ser tachada de antigua, pero es difícil saber a dónde vas si no sabes de dónde vienes. Me gusta mirar atrás. Yo tuve la suerte de conocer a gente muy grande y trabajar con algunos de ellos. Fijarme en su voz es lo que me hizo intuir cuál es la voz que yo quería tener como actor. Mi padre ha sido una voz de referencia en el mundo de la comedia en televisión. Estoy muy orgulloso.

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