El madrileño Luis Merlo (1966) es uno de los actores de la saga Larrañaga-Merlo, pero hace mucho tiempo que se ganó el reconocimiento del público por la excelencia de su trabajo. Alterna teatro y televisión, aunque últimamente está más vinculado a las tablas. Desde el próximo martes hasta el jueves, presenta en Granada junto a Carlos Hipólito la obra 'El crédito', original de Jordi Galcerán.
La
obra que usted protagoniza se ha convertido en un fenómeno social y ha
ocupado muchos minutos en las tertulias de economía y política. ¿Por qué
cree usted que se ha producido esta situación?
Porque parece que hemos conseguido conectar con el público, que
llega al teatro, se sienta en su butaca y ve a unos personajes y una
historia con la que se identifica. Esto ha producido mucho 'boca-oreja'
que nos ha beneficiado grandemente. La crítica y el público han sido muy
cariñosos con nosotros, Carlos ha ganado el premio Valle Inclán de
teatro por este personaje...
¿Cuál es el punto de partida de 'El crédito'?
Una situación muy común en los últimos tiempos: un hombre llega a
una oficina bancaria a pedir un crédito sin otro aval que su palabra. El
director de la oficina necesita más garantías. A partir de ahí, se
genera una situación en la que dos personajes que a priori son
antagonistas acaban haciendo un viaje juntos.
¿Fue precisamente esa normalidad en el planteamiento lo que le atrajo del personaje?
Sí, y también un texto muy inteligente, muy bien construido por
parte de Jordi Galcerán. Y por supuesto, me atraía enormemente la
oportunidad de trabajar con Carlos, algo que no se había producido hasta
ahora en mis muchos años de carrera. Este personaje tiene la ventaja de
que no sabemos nada de él. Los actores nos ponemos a veces muy pesados
porque queremos saberlo todo a propósito de nuestro 'alter ego' temporal
para poder componerlo, pero de este no sabemos ni para qué quiere el
crédito, con lo que me dio la oportunidad de moldearlo a mi gusto.
A tenor de las críticas recibidas, parece que ese encuentro está teniendo un feliz resultado.
Sin duda. Creo que ambos hemos buscado en nuestras interpretaciones
la riqueza emocional. En la propia vida y en la escena, los personajes
que viven al límite, como estos dos, son los más golosos para el actor
porque permiten exponer un abanico muy amplio de sentimientos en dos
horas.
En definitiva, 'El crédito' es una radiografía de la historia más reciente de nuestro país...
No solo de nuestro país, sino del mundo entero, desafortunadamente.
Hay muchas personas que han pasado y pasan necesidad económica, pero
también hay muchas personas que parecen tenerlo todo, como el personaje
de Carlos, y en realidad están vacíos por dentro. Esta situación de
crisis ha creado muchos pequeños o grandes dramas a ras de suelo, al
nivel de la calle.
¿Cuál es la reacción del público?
Muchas personas hablan con nosotros tras la función o cuando he mos
coincidido con ellas en algún lugar, y nos dicen que les hemos divertido
y les hemos hecho pensar. En general, siempre he creído que si uno ve
una película, una obra de teatro, lee un libro o mira un cuadro y tras
verlo queda igual que antes, el arte no ha cumplido con su función.
Debe ser una sensación muy estimulante para usted, en su doble faceta de protagonista y coproductor.
Efectivamente. Siempre hemos buscado producir textos que lleguen al
gran público, y en este caso lo hemos conseguido. También tengo claro
que si siempre acertáramos y ganáramos dinero, las obras no las
produciríamos nosotros, sino el Banco de Santander.
De todas formas, este crédito está teniendo un largo plazo de amortización...
Sí, la verdad es que tras una larga temporada de éxito en Madrid
estamos realizando una completa gira por el sur y el este de España.
Ahora, después de Granada, pararemos un poco, iremos a las fiestas del
norte de España a lo largo del verano y luego volveremos a Madrid. Es un
crédito en el que nos dejamos día a día parte de nosotros mismos, pero
la amortización merece la pena.
En una ocasión, su hermana Amparo nos dijo que el teatro es el lugar natural de estar para un actor.
Y yo no puedo estar más de acuerdo. Ir a teatros como el Isabel la
Católica de Granada y defender este texto le reconcilia a uno con esta
profesión, a veces tan dura. Esperamos que el público granadino nos
acompañe en estos días de fiesta para ellos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario