Luis Merlo se crió en los escenarios teatrales acompañando en las giras a sus padres, María Luisa Merlo y Carlos Larrañaga. Y en las tablas es de los pocos que llenan la taquilla y se ha ganado un merecido prestigio. Ahora representa la comedia Arte, de Yasmina Reza, último título entre un eslabón de funciones dedicadas con cariño a la escena. La televisión le ha dado la popularidad, primero con Aquí no hay quien viva y ahora con El internado. Pero a sus 42 años está pensado en pasar detrás de las bambalinas, apoyando la explotación del Teatro Maravillas junto a su hermano Pedro. Después de la actual temporada de la serie de Antena 3, el personaje de Héctor en la célebre serie de intriga se irá distanciando. Asegura que son exigencias de guión, pero también acusa agotamiento y, como él dice, «estoy cansado de ser el que saca conejos de la chistera»
Estará agotado, al combinar las representaciones de Arte con la grabación de la serie.
Ya no me acuerdo del significado de la palabra agotamiento. Es muy injusto porque actores con más talento que yo están repartiendo pizzas porque no tienen trabajo, así que no puedo quejarme. Pero, lógicamente, todo tiene un límite, y si lo cruzo puedo enfermar físicamente. Han sido muchos años de muy buena suerte. Estoy muy agradecido, pero el cansancio es grande.
La televisión le ha dado mucho.
Muchísimo. Pero trabajamos para que la gente que se ha molestado en sacar una entrada o trasladarse al teatro sea feliz durante una hora y cuarenta y cinco minutos y que disfrute. Ese es el fin, el resto es onanismo puro. Cuando llevas mucho tiempo teniendo la suerte de haber contactado con el público, tanto en televisión como en teatro, no te puedes quejar. Porque yo también he tenido golpetazos muy fuertes, momentos en los que nadie se ha interesado por lo que hacía.
La gente está volviendo al teatro.
Un ejecutivo de la Metro Golding Mayer decía, después de haber vivido la crisis del 29, que en esos momentos el ciudadano necesitaba evadirse más que nunca. Quizá sea ese el motivo. Además, es el poder del directo, porque un tiranosaurio se puede reproducir por ordenador, pero en el escenario en vivo no se puede hacer ni trampa ni cartón. Yo he estado haciendo Gorda, la comedia que representé junto a Teté Delgado, con los ligamentos rotos. Nadie lo notaba. Pero sí noto crisis en el mundo de la creación en general, a las ideas, a la literatura. No sólo recurrimos a los mismos textos sino a veces a guiones cinematográficos, como Misterioso asesinato en Manhattan, porque lees teatro y no te encuentras nada consistente
Tampoco es fácil en la televisión encontrar series de largo recorrido.
Sí, y sobre todo con un cambio de registro tan grande. Porque pasar de un personaje tan cómico como Mauri (Aquí no hay quien viva), neurótico y egocéntrico, a este otro tan contenido, equilibrado, ecuánime y maduro, tan distinto como Héctor, es lo divertido para un actor.
Su personaje, Héctor, pasa ahora por una serie de vericuetos que terminan por ir apareciendo cada vez menos
Ha pasado por distintos trances, pero ahora sí se introduce por unos vericuetos definitivos sobre los que no puedo dar pistas, pero sus apariciones a partir de ahora serán muy distintas y se reducirá mi presencia en la siguiente temporada de El internado.
Y eso, supongo, tiene que ver con que los creadores le den espacio para descansar o trabajar en otros proyectos.
Tiene que ver con el desarrollo del personaje, pero ese espacio lo aprovecharé para dedicarme al teatro, a Arte y al resto de las producciones que llevamos en la productora cuyo capo es mi hermano, Pedro Larrañaga, una de las personas que más quiero del mundo; y a descansar un poco más. Pero, insisto: es la trama la que conduce a esa situación, no soy yo el que haya buscado este hueco.
¿Cómo ve la televisión?
Es un animal enorme en constante mutación. Lo que servía ayer ya no sirve hoy.
¿Se ve en el futuro pasando al otro lado de la barrera, dedicado a la tarea de productor?
Sí, absolutamente. No tengo planificado cuando pero sí será mi futuro, la parte de atrás. El mundo de la producción es muy bonito y, de hecho, estoy muy implicado con mi hermano Pedro.
¿Sigue disfrutando en el escenario o en un plató?
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