Después de pasar un annus horribilis en lo personal –su padre, Carlos Larragaña, murió en agosto de 2012–, Luis Merlo ha
afrontado el nuevo año cargado de trabajo y volviendo a lo que nunca dejó: el teatro.
Con la sala abarrotada, día tras día, desde el estreno de
la obra –hace un mes– en la que ahora trabaja, se pone en la piel de Teo, un
hombre cegado por el deseo y que vive atormentado porque su
mujer le ha echado de casa poco después de pillarle “en plena faena” con la
asistenta.
Delgado en exceso –él afirma que es porque el papel lo
requiere– pero brillante y muy cómico en su
interpretación, Merlo responde con cariño a los sonoros y
consensuados aplausos que le dedica el público durante un buen rato. Comparten
cartel con él Emma Suárez, Gonzalo de Castro y Belén López, también
aplaudidos por sus notables interpretaciones.
Juntos se convierten cada tarde en los Cuatro Mosqueteros para plantear en
este Deseo, bajo la batuta del excelente –y nominadísimo a los premios
Max– Miguel del Arco, lo complicado que es en ocasiones mantener el
equilibrio entre la razón y el impulso.
¿En quién te conviertes esta vez sobre el escenario?
Pues me convierto en Teo, que es un delincuente emocional con un nivel de
dopamina altísimo. Es un hombre que desea el placer aquí y ahora. No puede –ni
sabe ni quiere– esperar a mañana. Y esa persecución de su deseo le genera
muchos daños colaterales, claro.
¿Te lo pasas bien haciendo de Teo?
Sí. Disfruto muchísimo con esta interpretación, porque yo creo que a todos
nos atrae la oscuridad de alguien así. Ponerme en la piel de Teo, con esas
aristas, con esas oscuridades y esos juegos perversos me divierten.
Tú no eres tan oscuro, ¿no?
No, la verdad es que no me siento muy identificado con el personaje.
¿Tenías ganas de trabajar con Miguel del Arco, nominadísimo, por
cierto, a los Premios Max?
Sí. Y la verdad es que estoy encantado.
¿Por qué?
Porque Miguel te propone riesgo, riesgo y más riesgo. Pero si te caes, ahí
está él para cogerte. Yo le admiro mucho, y cuando trabajo con un director al
que admiro me convierto en un aprendiz auténtico.
¿Cuánto tiempo estará Deseo en
Madrid?
Pues no lo sé. Yo espero que el deseo de venir a vernos sea muy parecido al
deseo que nosotros tenemos de hacer feliz a quien nos ve.
¿Cómo te llevas con tus compañeros de rodaje?
Genial. Parecemos cuatro mosqueteros auténticos. Con Emma nunca había
trabajado y con Belén tampoco. Con Gonzalo sí había coincidido. Y de verdad que
somos “uno para todos y todos para uno”.
Supongo que aún no te has recuperado de la muerte de tu padre,
Carlos Larrañaga.
No. La verdad es que, aunque todos tenemos que sobrellevar algún día la
enfermedad de nuestros familiares, en el fondo siempre nos queda algo de
esperanza. Y a ello te agarras. Y, luego, cuando esa persona desaparece tienes
que aprender a vivir sin ella y tienes que admitir que nunca más la vas a
volver a ver… Aquí.
Para mí es muy duro saber que no voy a ver nunca más a mi padre y, como no
tengo la suerte de creer que hay después un reencuentro, pues… Se acabó y se
acabó. Pero, bueno, hay muchas cosas aquí dentro que vivir aún y esas no me las
puede quitar nadie.
¿Volverás a la televisión?
Seguramente sí, cuando encuentre algo que valga la pena. Mientras seguiré
dedicado al teatro, que me enseña muchas cosas y lo he hecho siempre. Lo mágico
del teatro es que no puedes parar cuando te equivocas: tiene la grandeza del
directo. Pero también estoy muy agradecido a lo que la televisión me ha dado,
sin duda.
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para mi es uno de los mejores actores que tenemos actualmente. me ha gustado mucho la entrada! un besitoo
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