El Teatro Olympia de Valencia pone en escena, desde este jueves y hasta el próximo 12 de octubre, el espectáculo Tócala otra vez, Sam, un texto original de Woody Allen en el que autor neoyorquino despliega su humor neurótico. Los actores Luis Merlo y María Barranco encabezan el reparto de la obra, que retrata el desastre emocional de sus personajes.
El montaje --que ha sido presentado en rueda de prensa por Merlo y Barranco, junto a la directora, Tamzin Townsend-- tiene su origen en un guión que Allen escribió en los años setenta y que no pudo llevarse al cine por falta de presupuesto, por lo que se adaptó a las tablas. Años después, cuando el realizador consiguió la fama, la historia pudo tener su versión cinematográfica bajo el título en castellano de Sueños de un seductor.
La trama se construye alrededor del personaje de Allan, un crítico de cine que mantiene conversaciones imaginarias con Humphrey Bogart --aquí encarnado por Francisco Nortes--, al que considera su modelo de hombre fuerte e ideal. Cuando su esposa le abandona, sus amigos Frank y Linda tratan de ayudarle a encontrar pareja con resultados igual de desastrosos que divertidos. José Luis Alcobendas y Beatriz Santana completan el elenco artístico de esta versión, realizada por Juan José de Arteche.
Luis Merlo ha subrayado que el público que hasta el momento ha podido disfrutar de la obra --estrenada a principios de septiembre en Bilbao-- es que merece la pena salir de casa para verla porque sales mejor que entras a pesar de que hay mucha oferta de ocio y pocas pelas. En este punto, el artista ha considerado que ahora más que nunca es necesario sacar una sonrisa a la gente.
El popular actor ha calificado a Woody Allen como uno de los grandes filósofos del siglo XX, que se enfrenta desde un humor deformado a los grandes temas de la persona, como el amor, la fe o el miedo a la muerte. Si hubiera un Valle Inclán americano sería Woody Allen, ha aseverado Merlo, que ha definido al director como un tirano del humor por su tendencia al patetismo.
El intérprete ha agregado que Allen es un genio y por eso es imposible imitarle y ha bromeado al decir que, en lo único en que puede ganar al autor es en neurosis.
Por su parte, María Barranco ha destacado la complicidad que se produce entre los actores en el escenario y que se traspasa a los espectadores.
Además, la actriz se ha mostrado encantada con los proyectos que tiene en el campo del teatro. Barranco ha comentado que, aunque en un momento determinado su carrera se dirigió más al cine, ahora tiene más propuestas teatrales, algo que le gusta porque, mientras que en el cine parece que a una mujer no le pasa nada a partir de los 40, en el teatro tienes los mejores papeles.
También Luis Merlo está satisfecho con su participación en producciones teatrales y ha afirmado que es imposible compaginar dos o tres géneros. Ha reconocido que en algún instante, llegó a pensar que se perdía algo en el cine pero ahora, ha recalcado, no cambiaría por nada su trayectoria.
Asimismo, ha dicho que no le pesa la popularidad televisiva que le ha proporcionado su papel en la serie de televisión Aquí no hay quien viva y ha comentado como anécdota que el actor valenciano Antonio Ferrandis ya le advirtió de que no sería recordado por Calígula sino por un rol del tipo de Chanquete.
Finalmente, los protagonistas de la función han subrayado la labor al frente del espectáculo de Tamzin Townsend, ya que, según Merlo, es difícil encontrar en el panorama teatral español a directores cuya prioridad sean los actores y no la estética.
El montaje --que ha sido presentado en rueda de prensa por Merlo y Barranco, junto a la directora, Tamzin Townsend-- tiene su origen en un guión que Allen escribió en los años setenta y que no pudo llevarse al cine por falta de presupuesto, por lo que se adaptó a las tablas. Años después, cuando el realizador consiguió la fama, la historia pudo tener su versión cinematográfica bajo el título en castellano de Sueños de un seductor.
La trama se construye alrededor del personaje de Allan, un crítico de cine que mantiene conversaciones imaginarias con Humphrey Bogart --aquí encarnado por Francisco Nortes--, al que considera su modelo de hombre fuerte e ideal. Cuando su esposa le abandona, sus amigos Frank y Linda tratan de ayudarle a encontrar pareja con resultados igual de desastrosos que divertidos. José Luis Alcobendas y Beatriz Santana completan el elenco artístico de esta versión, realizada por Juan José de Arteche.
Luis Merlo ha subrayado que el público que hasta el momento ha podido disfrutar de la obra --estrenada a principios de septiembre en Bilbao-- es que merece la pena salir de casa para verla porque sales mejor que entras a pesar de que hay mucha oferta de ocio y pocas pelas. En este punto, el artista ha considerado que ahora más que nunca es necesario sacar una sonrisa a la gente.
El popular actor ha calificado a Woody Allen como uno de los grandes filósofos del siglo XX, que se enfrenta desde un humor deformado a los grandes temas de la persona, como el amor, la fe o el miedo a la muerte. Si hubiera un Valle Inclán americano sería Woody Allen, ha aseverado Merlo, que ha definido al director como un tirano del humor por su tendencia al patetismo.
El intérprete ha agregado que Allen es un genio y por eso es imposible imitarle y ha bromeado al decir que, en lo único en que puede ganar al autor es en neurosis.
Por su parte, María Barranco ha destacado la complicidad que se produce entre los actores en el escenario y que se traspasa a los espectadores.
Además, la actriz se ha mostrado encantada con los proyectos que tiene en el campo del teatro. Barranco ha comentado que, aunque en un momento determinado su carrera se dirigió más al cine, ahora tiene más propuestas teatrales, algo que le gusta porque, mientras que en el cine parece que a una mujer no le pasa nada a partir de los 40, en el teatro tienes los mejores papeles.
También Luis Merlo está satisfecho con su participación en producciones teatrales y ha afirmado que es imposible compaginar dos o tres géneros. Ha reconocido que en algún instante, llegó a pensar que se perdía algo en el cine pero ahora, ha recalcado, no cambiaría por nada su trayectoria.
Asimismo, ha dicho que no le pesa la popularidad televisiva que le ha proporcionado su papel en la serie de televisión Aquí no hay quien viva y ha comentado como anécdota que el actor valenciano Antonio Ferrandis ya le advirtió de que no sería recordado por Calígula sino por un rol del tipo de Chanquete.
Finalmente, los protagonistas de la función han subrayado la labor al frente del espectáculo de Tamzin Townsend, ya que, según Merlo, es difícil encontrar en el panorama teatral español a directores cuya prioridad sean los actores y no la estética.
Dónde. Teatro Olympia.
Dirección. Calle San Vicente, 44.
Cuándo. Hasta el próximo 12 de octubre.
Precio. Entre 20 y 26 euros. (96 351 73 15)
Para mí siempre serás Luis Merlo, sea el papel que sea, hiciste, hagas o harás, más aún después de conocerte y hablar contigo en persona en Bilbao, ( gracias por las fotos).
ResponderEliminarA los buenos actores siempre se les recuerda por el nombre, aunque siempre les recordemos por aquella interpretación de una u otra serie.
La tele dá más rápido la fama, pero las tablas y el caché se demuestra en el escenario. ¡¡Viva el teatro!!
Tú para delante,ánimo y mucha mierda!!!